dimecres, 1 d’abril del 2015

A seis meses de la masacre en Ayotzinapa, México

Barcelona / César Rojo
México. En la noche del 26 de septiembre de 2014, la violencia y la muerte sacudieron la localidad de Iguala, en el Estado de Guerrero. Estudiantes de la escuela normal rural de Ayotzinapa fueron atacados por policías y sicarios del crimen organizado. 


 Concentración por Ayotzinapa el pasado 26 de marzo en el Arco del Triunfo, Barcelona.
 Fotografía Albert Kuhn


Tres estudiantes fueron asesinados durante el ataque. Y 43 de ellos fueron detenidos y desaparecidos. Comenzaron las investigaciones por parte del gobierno. Se detuvieron a policías, sicarios, así como al alcalde de Iguala y su esposa, acusados de haber sido los autores intelectuales del crimen.
Sin embargo, los días pasaban y no se sabía nada de los 43 estudiantes desaparecidos. ¿Dónde están? Preguntaban los familiares. ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!, fue la consigna que gritaron a los cuatro vientos. Y ese grito se reprodujo en cientos de protestas a lo largo de México y en varios países del mundo. 



Palabras para estudiantes de Ayotzinapa. Arco del Triunfo, Barcelona.
Fotografía Albert Kuhn


Paralelamente a las averiguaciones del gobierno, los familiares solicitaron a un grupo de forenses argentinos que indagaran sobre la desaparición de los estudiantes.
El 6 de diciembre, los peritos argentinos confirman que unos de los restos encontrados cerca de un basurero en Colula (localidad próxima a Iguala) pertenecen a Alexander Mora Venancio, uno de los 43 estudiantes desaparecidos. Sin embargo, no se sabe nada de los demás.
Un mes después, a finales del mes de enero de 2015, el gobierno asegura que el total de los 43 estudiantes fueron asesinados y quemados en el mismo sitio que Alexander Mora. Con ello, las autoridades intentan cerrar el caso.
 No obstante, tanto los forenses argentinos, como diversos grupos de derechos humanos, señalan que las investigaciones del gobierno tienen irregularidades, y que es necesario seguir con las averiguaciones.
A pesar del dolor, los familiares de los estudiantes de Ayotzinapa no han claudicado en su lucha. Protestas, campañas, charlas, conferencias de prensa, hacen todo lo que está en sus manos para exigir justicia



 Bordados por la Paz, en la concentración por Ayotzinapa el pasado 26 de marzo en Barcelona. Fotografía Albert Kuhn

El pasado 26 de marzo se cumplieron seis meses del crimen cometido a los estudiantes de Ayotzinapa. Para no olvidar, para levantar la voz, se convocó a la 10 Jornada Internacional de movilizaciones por los 43 estudiantes.
En Barcelona, se hizo eco de esta convocatoria. Se llevó a cabo una concentración en el Arco del Triunfo. La actividad, en esta ocasión, fue pequeña, pero con el corazón en la mano. Y se anunció que una comisión de familiares visitará varias ciudades de Europa. En Barcelona, se espera su presencia para la primera semana de mayo.
El objetivo de los familiares es buscar presión a nivel internacional para que el gobierno mexicano no cierre las investigaciones. Ellos no creen en la versión del gobierno, y demandan la apertura de nuevas hipótesis; por ejemplo, la participación de elementos del ejército federal en el ataque a los estudiantes, aspecto que las autoridades se niegan a aceptar.
A seis meses de la masacre, Ayotzinapa es un grito que no cesa. Levantar la voz, denunciar, solidarizarnos, es un acto de rebeldía y dignidad para que los estudiantes desaparecidos, allá donde estén, sepan que no están solos; y que aquí, a lado de sus familiares y amigos, exigimos justicia y alto a la violencia institucional que se viven en México.



Solidaridad con Ayotzinapa, Barcelona. Fotografía Albert Kuhn

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