Entrevista a Beatriz Aurora
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GIAP: ¿Cómo se inicia tu camino hacia la pintura?
Desde muy chiquita me gustaba pintar y dibujar, aunque no tanto como jugar…
ya de grande, hacia dibujitos para adornar mis paredes o cuando escribía cartas de amor, pero fue en 1985 cuando decido dedicarme a pintar no solo por placer sino también como medio de vida. La sola idea de pensar en tener un trabajo con horario y jefe o de tener que gastar mi tiempo en hacer algo que no me gusta para poder sobrevivir, fue el motivo determinante para que hiciera de la pintura mi compañera de vida.
Comencé ilustrando libros para niños y poco a poco fui desarrollando mi propio modo. En 1987 hice mi primera exposición, en Tokio. He expuesto en varios países desde entonces y la próxima es a fines de en marzo en París.
GIAP: Tu obra es parte importante del cuerpo ilustrado, o digamos “el brazo pictórico” del EZLN. ¿Puedes contarnos cómo surgió tu relación con los zapatistas?
Cuando el 1 de enero de 1994, hace 20 años, el EZLN despertó a México y al mundo con su ¡ ya basta! renació en mi la ilusión, la esperanza de que otro mundo es posible y me dije: como podría aportar a ese movimiento tan simpático y alegre ( a pesar de la pobreza y la tristeza que por más de 5 siglos sufrieron) y se me ocurrió pintar el cuadro “ Chiapas” para regalarles las reproducciones y así contribuir con algunos fondos. No pensé que además de que se venderían, aportaría en el terreno de las imágenes un granito de arena a su fascinante lucha.
Me costó un poco encontrar quien financiara la edición del póster y cuando estuvieron impresos me lancé a la Selva Lacandona.
Llegué a una comunidad zapatista y le escribí una carta a la comandancia que más o menos decía: “ hola, compañeros, soy una pintora chilena y les traje unos cuadros y estoy dispuesta a cruzar selvas y montañas para darles un abrazo”. Como a las 11 de la noche, estaba con unas amigas en una “ champita” ( casita de tabla con techo de palma y suelo de tierra) y de pronto tocaron a la puerta: era Moisés, quien en ese entonces era mayor insurgente y ahora es subcomandante y rector de la escuelita zapatista, a la que han asistido mas de 5 mil alumnos de todo el mundo.
Él nos platicó de las causas del levantamiento, de sus sueños, de sus carencias, que iban en proporción inversa a su abundancia de sabiduría y dignidad.
Desde entonces he pintado muchos cuadros sobre sus luchas, sus comunidades, su cultura y es para mi una gran satisfacción apoyar en todo lo que pueda.
GIAP: ¿Qué elementos de tu obra (composición, trazado, color, motivos, etc.) se relacionarían estéticamente con el “otro mundo posible” que proponen los zapatistas?
Todos, comenzando por los motivos. Los colores en ellos están por todas partes, comenzando por la ropa que visten y que ellos mismos hacen a mano con diseños milenarios.
En sus comunidades hay una gran diversidad de elementos vivos en un pequeño espacio: zapatistas de todas la edades, maíz recién cosechado, jóvenes tocando guitarra, cacao y café secándose al sol en un entorno rodeado de vegetación exuberante y toda clase de animales domésticos deambulando en todas direcciones. Todo junto y al mismo tiempo en una gran armonía de movimientos y sonidos, como una orquesta de vida.
Esa orquesta es un poco lo que he querido mostrar en mis cuadros, simplemente la vida en una comunidad zapatista y creo que ahí están los principales elementos y valores de otro mundo posible, en su particular relación entre las personas y con la naturaleza.
Puedo afirmar que en 20 años de visitar comunidades zapatistas, nunca escuché a un niño llorando, a un adulto gritando o enojado, en su cultura hay algo muy especial, que no he visto en otras partes del mundo.
GIAP: Nosotros pensamos que las comunicaciones y la poética particular del zapatismo son parte fundamental de su política y de su seducción hacia el resto del mundo. ¿Cuáles fueron, en tu opinión, las condiciones para esta fusión de estética y política en el movimiento? En ese sentido, ¿ves posible establecer un paralelo para la lucha del pueblo mapuche?
Creo que es el resultado de la fusión de la cultura maya, la determinación y sueños de un grupo guerrillero y las cualidades poéticas y comunicativas del Subcomandante Insurgente Marcos.
Cada pueblo y lucha tiene sus particularidades. Creo que el mundo ha estado abierto a conocer a los zapatistas por su especial simpatía pero poco dispuesto a conocer a los pueblos mapuche. Los zapatistas rompieron el cerco de los medios masivos de comunicación que no han cesado de tergiversar su lucha, difundir falsos rumores, boicotear en todo lo que pueden tratando de ocultar sus denuncias y sus avances en la construcción de un mundo diferente.
Eso, en Chile, no se ha logrado. El racismo y el clasismo de los de arriba ( sean del partido que sean) son especialmente difíciles de combatir pues están por todas partes.
Los pueblos mapuche están sometidos a condiciones de represión y aislamiento, de territorio arrasado, de destrucción de su hábitat y desprecio a su cultura casi sin comparación en el mundo.
GIAP: ¿Cómo te relacionas con el mundo del arte contemporáneo a nivel de lenguaje y de modos de producción/distribución?
No tengo ninguna relación con el “mundo del arte”. Para mí, la vida es un arte. Mi trabajo se difunde solo, a través de personas de todo el mundo que vienen a Chiapas a conocer del zapatismo, de la cultura maya y se llevan unos pósters para ellos y de regalo para sus amigos.
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